viernes, 31 de octubre de 2014

Ambulancia

Cuando pasa una ambulancia,
en Buenos Aires,
el colectivero bufa,
mira para todos los costados
y maniobra como si estuviese
manejando un barco.
Una hipster que está leyendo,
levanta sus ojos un segundo,
mira por la ventanilla
y vuelve a la prosa.
El pelado con auriculares
blancos ni se mosquea,
sigue moviendo su cabeza
con cara de Creamfields,
llevando el tiempo con el pie.
En la vereda,
una señora parecida a Beatriz Sarlo
charla con su portero y gesticula,
mientras se abanica mirando la nada.

Cuando pasa una ambulancia,
en Arrecifes,
los perros ladran y aúllan,
como si estuviesen llorando.
Dora, Norma, Gladys y Elsa
pegan la oreja a la radio,
susurrando un Padre Nuestro,
con el mate en la mano.
Maxi, El Ema y Misimerri persiguen
el morbo de la sirena en una Zanellita,
con los pelos al viento,
con la sonrisa llena de adrenalina.
Hugo llama a su hija desde el negocio,
y como Mechi no atiende,
Hugo putea mirando el cielo.
Por unos minutos,
una pequeña Guerra de Vietnam
se desata en nuestro pecho.

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