miércoles, 10 de febrero de 2016

Tu concentración

Cuando te veo concentrada
me caigo en un pozo dulce,
siento que te amo con una
perfección insoportable,
siento que tengo dieciséis y
pasás en bicicleta por el club,
porque verte concentrada es
asumirme en tu gesto estoico,
y no es que no me
guste verte sonreír,
tampoco la pavada,
cuando veo tu sonrisa siento más
ganas de abrazarte que de vivir,
pero verte concentrada
es otro estado del tiempo,
es sentir tu belleza desde
un silencio que no se calla,
porque ahí está tu mirada
grande en un punto fijo,
y puede pulverizar la pared,
como los tarugos que quedan
en las casas abandonadas,
como las balas en la ventanilla
de un patrullero a contramano,
tu concentración se planta,
no teme,
nunca,
sabe,
quiere
puede,
tu concentración es más hermosa
que vos acariciando al hijito
de la cajera del chino,
tu concentración
tiene tu pensamiento,
tu paciencia,
tu confusión,
tu humanidad,
tu fuerza,
tu preocupación,
incluso,
tiene un dejo de tristeza,
y no es que quiera ser
más pesimista que Arlt,
pero la prioridad es
saber amarte ahí,
en lo que no nos sale,
en la incertidumbre,
en las decisiones enormes,
en las insignificantes,
en la miseria de las dudas,
ahí,
en ese fuego que nos quema
todos los papeles del corazón,
porque ahí,
posta que ahí,
detrás de ese incendio,
ahí está la vida toda fachera,
ahí está la vida liviana y segura,
ahí está la vida con cara de vacaciones,
y nos llama,
y nos invita,
y nos tienta,
entonces hay que ir,
hay que tener más huevos que
bombero voluntario y meterse
entre las llamas que vuelan,
hay que estar de aquel lado,
interpretar mejor el movimiento,
como esas tormentas a la noche
en las que el cielo está intacto,
estrelladísimo,
pero las nubes color jamón cocido
van pasando corte avenida ancha,
y se van,
se pierden en la inmensidad
que no sé bien qué onda,
pero se las lleva,
y ahí queda el cielo,
abierto,
dispuesto,
total,
con la luna que alumbra
el cauce de los ríos,
y eso es lo que pasa por tus
ojos cuando te miro concentrada:
un montón de ríos que se cruzan,
que mezclan sus aguas
sin reprocharse el territorio,
sólo avanzan alumbrados por la luna,
hacia acá y hacia allá,
no les importan las orillas,
tus ríos avanzan y me llevan,
son tus secretos
tus convicciones,
tu mundo,
que me intriga,
que me encanta,
a cada rato.

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